Generalitat Catalana. El recorte en sanidad alcanza las urgencias del hospital de l'Esperança
Salud decidirá antes del 22 de abril los recortes en personal, camas y servicios
Cierre de plantas, de quirófanos, despido generalizado del personal interino... y cerrojazo a los servicios de urgencias. El recorte del Departamento de Salud para reducir el 10% del presupuesto que exige el Gobierno central, unos 965 millones de euros, supondrá tocar áreas sensibles de la sanidad pública catalana. La mayoría de centros públicos y concertados presentaron ayer a la Generalitat los respectivos planes que detallan cómo pretenden reducir el gasto. Entre ellos hay tijeretazos como el del consorcio que gestiona el hospital de l'Esperança, que plantea a Salud liquidar y clausurar el servicio de urgencias del centro.Parece que él es el único convencido de que los recortes pueden coexistir con un servicio sanitario óptimo. La exconsejera de Salud, la socialista Marina Geli, avisó de que el recorte del 10% no se alcanzará con cierres de plantas y servicios, sino que requerirá un expediente de regulación de empleo del personal sanitario. "Un ajuste de esta magnitud afectará al personal y a la calidad del servicio", insistió Geli. En la misma línea, los sindicatos temen que los ajustes deriven en despidos masivos y el empobrecimiento del servicio de los hospitales catalanes. "Estamos en una situación de alto riesgo", resumió el sindicato Metges de Catalunya.El cúmulo de recortes propuestos por los distintos hospitales incluye ajustes de calado: la supresión de programas de prevención y detección de enfermedades, la suspensión de planes de reforma y el cierre de servicios básicos, advirtieron fuentes sindicales. El Hospital de Mataró prevé cerrar el centro de atención a la salud mental inaugurado el pasado agosto. La propuesta amenaza el modelo de sanidad pública, alertaron los sindicatos. El consejero Ruiz, que se negó a concretar ninguna de las medidas, subrayó que la Generalitat descartará aquellas propuestas que impliquen una afectación grave para los pacientes. "Hay propuestas de todo tipo pero no las autorizaremos todas", señaló. No explicó, sin embargo, cómo pretende salvaguardar la calidad de la sanidad pública al tiempo que ahorra 965 millones de euros.
"Lo anunciaremos antes del 22 de abril", explicó el consejero. Es la fecha límite para que Salud concrete los recortes autorizados dado que ese mismo día la Generalitat prevé presentar un cotejo de los Presupuestos en el Parlament. Los recortes aprobados implicarán recortes de camas, servicios y despidos de personal -interino y eventual- que se prevén masivos. "Cualquiera que no tenga plaza de funcionario en propiedad puede quedar afectado", avisó Ruiz.
Y estos recortes aún podrían ir más allá: "El Gobierno nos ha pedido por escrito que recortemos el doble, hasta el 20%", dijo Ruiz. "Pero nos hemos negado a hacerlo", anticipó. Este y otros mensajes contradictorios han crispado aún más al personal sanitario que, entre amenazas de recortes, ve en la descoordinación de Salud una situación de caos y desamparo. "No sabemos nada, se niegan a informarnos y tenemos la sensación de que esto se viene abajo. Si ya no hay por dónde recortar", ilustró José María Galián, del sindicato CGT del hospital Vall d'Hebron.
Salud volvió a alentar ayer esa impresión de descoordinación: mientras el consejero aseguró que expiraba el plazo para que los centros presentaran sus planes, el secretario de Coordinación y Estrategia del departamento, Francesc Sancho, dijo que se trataba de un plazo orientativo. Los directivos de algunos centros, entre ellos el hospital Clínic de Barcelona, pasaron la jornada encerrados en sus despachos para terminar el plan de ajuste a última hora. Ruiz admitió que Salud aún no había recibido los planes de todos los centros. "Pero tienen hasta las doce de la noche para remitirlo", señaló. "Todo se está pactando con prisas, a espaldas de los pacientes y de los trabajadores", lamentó Agustí Chavarría, secretario de UGT del hospital de Bellvitge.
En los centros alejados de la capital los recortes siguen el mismo denominador común: el hospital Joan XXIII de Tarragona prevé cerrar los quirófanos por la tarde y despedir a 40 personas que trabajan como eventuales. Los hospitales Arnau de Vilanova y Santa María, en Lleida, eliminarán camas y quirófanos, informa Lluís Visa. El Josep Trueta de Girona ahorrará en gasto farmacéutico y suprimirá una cincuentena de interinos. En Tortosa, el hospital Virgen de la Cinta prevé despedir a unos 60 eventuales. "Los pacientes no tienen de qué alarmarse", insistió Ruiz.
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