lunes, 2 de mayo de 2011

Reflexiones de una compañera

De la Indignación a la Actuación.


El sol acababa de salir y hacía brillar, lo que había a su alrededor.
Poco a poco las cosas se habían iluminado ¿Por qué no sentía esa luz en  su interior?
Aquella mañana se había levantado muy temprano, necesitaba pensar en todo lo que estaba pasando. Hacía muchos días, incluso meses, que estaba preocupado, no podía creer lo que vivía día a día: en el trabajo, en la calle, con los amigos…Siempre la misma conversación, unas veces defendida con ahínco, otras con mesura, pero la mayoría de las veces, con tristeza, con infinita tristeza.
Cómo no sentir que el esfuerzo, de tantos años y de tantos profesionales, se echaba por los suelos.
Cómo oír que se les tachaba de absentistas y de aprovechados, sin inmutarse.
Cómo ver que sus derechos salariales retrocedían, de un día para otro, sin tener en cuenta que tanto él, como sus compañeros, habían vivido siempre, ahorrando la pesetica, para poder tener lo que cualquier obrero conseguía, con menos responsabilidad.
No podía llegar a creérselo aunque, después de cuatro meses, no le quedaba más remedio que asumirlo.  
Había perdido la alegría, que era tan habitual en él, e incluso las ganas de trabajar. Continuaba porque era consciente y responsable de sus obligaciones y porque sabía que sus alumnos no eran culpables de nada. Precisamente, por ellos, seguía en la lucha, aunque esto le suponía enfrentamientos con los padres e incluso con algunos de sus propios compañeros, oír decir:
No hace excursiones, ni actividades extraescolares porque no le apetece y pone la excusa de los recortes.
¡Le dolía en el alma! y no sabía qué hacer para que entendieran, tanto unos como otros, que sólo luchando juntos, podían contener el desaguisado que se les echaba encima.
Cómo transmitirles que para salir de este bache tenían que implicarse todos.
Cómo defender que el peso de la recuperación no podía recaer, solo, en el funcionariado ¿acaso a los políticos no les pagaban con el dinero de todos?
Estaba hecho un lío y cuanto más pensaba menos sabía cómo salir de él.
Buscó ayuda: reuniéndose con los que pensaban como él, asistió a conferencias, leyó libros … En resumen intentó buscar una salida y la única que encontró fue: seguir luchando, unidos, para que por lo menos en el futuro pudieran decir como Gandhi:


 “Mañana tal vez tengamos que sentarnos frente a nuestros hijos y decirles que fuimos derrotados. Pero no podremos mirarlos a los ojos y decirles que viven así porque no nos animamos a pelear”. "Dicen que soy héroe, yo débil, tímido, casi insignificante, si siendo como soy hice lo que hice, imagínense lo que pueden hacer todos ustedes juntos.” (Gandhi)

1 comentario:

  1. Viene como anillo al dedo este artículo de Maruja Torres en EPS titulado JUNTOS y que me ha encantado. Me quedo con aquello de "Perdí el miedo a fuerza de leer y de encontrarme con gente que era como yo". Por eso es tan importante la lectura, la cultura, y se lo repito una y mil veces a mis alumn@s, porque te quita los miedos y por eso, además, hay que estar JUNTOS, porque, como dice la reflexión de arriba :"sólo luchando juntos, podían contener el desaguisado que se les echaba encima". Así que UNIDAD, DIGNIDAD Y RESISTENCIA.

    http://www.elpais.com/articulo/portada/Juntos/elpepusoceps/20110501elpepspor_1/Tes

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