Fuerte respaldo a la primera huelga de toda la enseñanza pública frente a los recortes
El seguimiento a las protestas, a las que se sumaron los padres, fue muy desigual según los niveles educativos y los municipios
23.05.12 - 02:13 -
Por primera vez en la historia de la Democracia,
profesores, padres, alumnos y personal administrativo de todas las
etapas de la enseñanza, desde Infantil hasta la Universidad, clamaron
ayer codo con codo contra los recortes en educación. La huelga general
logró el mayor respaldo en décadas (desde los ochenta no se han
registrado protestas tan masivas en educación), dejó las aulas a medio
gas y sacó a la calle a miles de murcianos contra los ajustes. Los
convocantes cifraron el seguimiento medio en la Región en el 75%, y la
Administración en el 26%, aunque esta última no contabilizó a los
estudiantes.
El seguimiento al paro fue desigual y con oscilaciones
según los municipios, barrios y etapas educativas. A primera hora de la
mañana, los escolares acudían con cierta fluidez a los colegios de
Infantil y Primaria, donde poco más del 50% de los profesores secundaron
el paro. A las puertas de los colegios les esperaban pequeños piquetes
formados por padres (su participación en esta huelga es de las más
activas que se recuerdan) y profesores, todos vestidos con camisetas
verdes en las que se podía leer: 'Escuela pública de todos para todos'.
En algunos centros, como el Mariano Aroca de Murcia (donde algunos
sindicalistas trataron de acceder a la sala de profesores), el de Santo
Ángel o en los colegios de Bullas y Calasparra, los piquetes organizaron
concentraciones en las puertas de los centros y pasaron la mañana
repartiendo octavillas entre los alumnos y los padres que entraban a
dejar a sus hijos. «Tenemos que estar todos en esto; nuestros hijos van a
ser los más perjudicados por los recortes», se quejaba Ana Sánchez,
madre de dos alumnas del colegio Ciudad de la Paz de El Palmar, mientras
otros padres dejaban a sus chicos en clase convencidos de que «nada va a
cambiar porque hoy hagamos huelga», argumentaba Luisa, madre de otro
escolar. Si en los colegios del centro de Murcia el paro apenas se notó,
en Calasparra o Jumilla el respaldo fue mayoritario.
A los institutos de Educación Secundaria, en cambio, los
alumnos entraban con cuentagotas. En Santomera, Bullas, Molina, Las
Torres Cotillas, Jumilla, Alhama y Águilas, o en el Saavedra Fajardo de
Murcia, también se celebraron concentraciones, y los piquetes fueron muy
activos desde primera hora de la mañana. «Nos estamos jugando mucho. Es
un ataque a la educación pública que pretende acabar con treinta años
de esfuerzo, y no debemos permitirlo», se lamentaba Antonio Galiano,
profesor de Filosofía del Saavedra Fajardo. Los campus de las dos
universidades públicas amanecieron también a medio gas, y según
reconocieron los gerentes de ambas instituciones, el seguimiento del
paro fue masivo entre los profesores y los alumnos, apenas una semana
después de que la Universidad de Murcia secundara de forma masiva su
huelga contra los recortes. El paro fue también desigual por municipios:
en Calasparra lo secundaron el 100% de los docentes, en Lorca el 50% y
en Cartagena el 70%, según los convocantes. Apenas se registraron
incidentes, al margen de alguna cerradura sellada en San Basilio o la
identificación de un grupo de piquetes en San Javier.
Huelguistas y manifestantes, convocados todos por la
Plataforma en Defensa de la Escuela Pública, se concentraron después a
las puertas de la Consejería de Educación. Lo que inicialmente estaba
previsto como una concentración se tornó en manifestación improvisada (y
no autorizada) a mediodía, cuando ya habían cortado el tráfico de la
Avenida de La Fama. Unos 3.000 manifestantes avanzaron hacia Santo
Domingo, realizando paradas en todos los colegios y centros educativos a
su paso, desde la escuela Andrés Baquero hasta el campus de La Merced.
Los ya clásicos gritos de 'Que no nos representan' o
'Valcárcel, Sotoca, la escuela no se toca' se alternaron con otros
nuevos como el de 'Los maestros luchando también están enseñando', hasta
que la improvisada manifestación llegó a Santo Domingo y se transformó
en sentada a las puertas del colegio público Cierva Peñafiel. Allí los
manifestantes recordaron las razones de la huelga: aumento de ratios,
despido de miles de interinos, encarecimiento de tasas en la
Universidad, recorte de personal de apoyo en los colegios y aumento de
la carga docente, entre otras. A la misma hora, profesores, estudiantes y
padres de Cartagena y Lorca celebraban también manifestaciones, y en
decenas de municipios se organizaban concentraciones a las puertas de
los ayuntamientos.
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